El significado de la flor de acacia es muy espiritual. Sus diminutos pétalos claros tienen una simbología bastante profunda. La flor de acacia es muy variada; de hecho, pueden existir hasta más de mil tipos alrededor del mundo. Todas las particularidades de esta hermosa flor serán distintas dependiendo de la zona en la cual se reproduzca.
No obstante, a pesar que esta flor es muy variada, conserva muchas características en común, tal como crecer en un árbol cuya altura puede alcanzar los 20 metros y tener una corteza dura y de tonalidad oscura.
Usualmente, las flores de acacia son blancas, aunque también pueden ser amarillas, e incluso rojas. Es un tipo de flor muy usado en el campo de la estética porque su fragancia se deja sentir con bastante fuerza. Muchos perfumes tienen esta flor como nota central.
Las flores de acacia crecen juntas. Puede nacer un ramo que contenga hasta 30 florecita de estas. Su clima preferido es el tropical. Muchas personas asocian la flor de acacia con la amistad verdadera y lo sutil, pero su significado es mucho más profundo.
A lo largo de la historia de la humanidad, el poder de la flor de acacia ha sido tan importante que esta era usada incluso con fines medicinales, hasta que los ancestros de muchas culturas se percataron que sus aplicaciones también podían ser útiles a nivel espiritual.
Esta flor recibió su nombre en el antiguo Egipto, por la fortaleza que tiene la corteza del árbol y, como era tenía tantas propiedades curativas, se le asoció a lo eterno. Es de allí que surge la creencia según la cual usar perfumes con notas de la flor de acacia, o usar la flor como elemento decorativo, sirve para estar conectados con la vida eterna.
Si algún familiar, amigo, o alguien importante para nosotros, ha vivido situaciones traumáticas, o ha sobrevivido a enfermedades o accidentes, es muy recomendable obsequiarle flores de acacia.
De igual modo, cuando alguien supera un momento doloroso en la vida, o sale ileso de una enfermedad, puede usar la flor para expresar su gratitud a Dios. Algunos, ni siquiera esperan vivir momentos complejos, sino que, por el simple hecho de amanecer cada día, despertar y sentir la vida, se debe dar las gracias y no hay una mejor forma que tener la acacia en casa.
Es muy terapéutico tener la oportunidad cada día de comenzar nuevamente. Abrir nuestros ojos por la mañana y oler la deliciosa fragancia de esta flor nos conecta con la salud y la eternidad.
En las antiguas leyendas egipcias es común encontrar relatos vinculados con la flor de acacia y el renacimiento. Por ejemplo, muchos creían que si sepultaban a sus seres queridos en ataúdes elaborados con madera del árbol de acacia entonces la persona volvería a la vida.
Si se toma esta leyenda en su sentido metafórico podremos comprender que la flor de acacia también significa renovación, volver a nacer, tener la bendición de contar con una nueva oportunidad para hacer las cosas de una forma distinta. Espiritualmente, es poderoso tener flores de acacia en nuestros hogares.
El significado de la flor de acacia no se agota en las antiguas leyendas del pueblo egipcio, sino que también tiene una entrañable densidad dentro de las creencias bíblicas, según las cuales la acacia representa la vida que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros. Este era la zarza ardiente en la que Dios se le apareció a Moisés.
Este hecho se encuentra específicamente en el libro bíblico de Éxodo. Ha sido esta la razón por la cual muchos hebreos recurrían a los inciensos de la flor de acacia para alejar a los espíritus malos lejos de ciertos lugares.
Nosotros en la actualidad también podemos darle este uso tan sagrado que le confieren los hebreos a la acacia. Si deseamos que en nuestra casa impere el bien, una gran idea es encender inciensos de esta flor y, cuando se presenten problemas o dificultades, tenerlos siempre a mano.
En el mismo libro de Éxodo podemos encontrar versículos en los que Dios indicó a sus fieles creyentes que construyesen la mesa para los panes, columnas, cortinas, o el mismo tabernáculo, con la madera del árbol de acacia.
El significado de la flor de acacia, y del árbol en general, es tan enigmático que incluso muchos estudiosos comentan que la cruz en la que murió nuestro Señor Jesucristo para salvar nuestra vida, y la corona misma que llevaba, fueron hechos usando la acacia.
Esta es otra interpretación en la que la madera de la acacia y su flor están asociadas a la vida eterna y la resurrección. El respeto por esta planta ha sido extendido y llegó hasta el presente. Si investigamos más a fondo podremos encontrar que uno de los símbolos con una fuerte carga significativa dentro de la hermandad de los masones son las hojas de la acacia.
Este símbolo fue escogido por este grupo ya que, en principio, los primeros integrantes se dedicaban a la albañilería y la artesanía y tenían gran estima por la madera de la acacia debido a sus principales cualidades como la resistencia, la flexibilidad y todo lo que podía durar.
La flor de acacia también tiene un significado profundo para quienes deseamos proteger nuestra alma cuando el desasosiego nos acecha, o cuando se presentan dificultades. La flor de la acacia siempre nos conectará con la idea de lo inmortal, lo duradero y lo misterioso.
La flor de acacia también es especial para que nuestro pensamiento sea renovado y conectarnos con las nuevas ideas, así como para proteger nuestro corazón de todas las cosas impuras que puedan perjudicarlo.
La pureza también está relacionada con la flor de acacia. Para los judíos, esta flor es un símbolo de todo lo que está libre de corrupción, así que el árbol es considerado sagrado.
Hoy día, nosotros debemos mirar la flor de acacia con la misma incorruptibilidad que otros pueblos lo hicieron. Una pintura de este árbol con su flor, la madera, o un incienso, siempre nos ayudará a vincularnos con lo eterno.