El lenguaje de las flores nos permite hacer uso de otro medio para exteriorizar nuestros sentimientos, sin tener que pronunciar una palabra. También nos ofrecen la posibilidad de complementar nuestro discurso cuando las palabras se quedan cortas.
Así, es común ver a novios pidiendo la mano de una chica y llevando consigo un ramo de flores para terminar de transmitir su mensaje, o a un chico enamorado que no se atreve a confesar su amor, pero que se apoya en el lenguaje de las flores para que su amada comprenda todo lo que él siente y calla en ese momento, quizás por temor al desprecio.
Ya la psicología ha demostrado en muchas oportunidades cómo influyen en nosotros todos los elementos que nos rodean y, sobre todo, cómo repercuten en nuestro estado ciertos colores. Es por ello que, si deseamos despertar sentimientos armónicos en otra persona, debemos escoger el tono adecuado de flores que entregaremos.
Por ejemplo, si deseamos transmitir amor, el lenguaje de las flores nos permite entregar rosas rojas, si este amor es pasional, o tulipanes rojos para denotar cuánto amamos a alguien, pero jamás entregaremos flores amarillas porque esto podría ser mal interpretado, o tomado como un signo de rencor.
Las emociones que podemos expresar por medio del lenguaje de las flores son infinitas. Podemos manifestar rabia, tristeza, decepción, dolor, alegría, amor pasional, lealtad hacia una amistad, o dejar saber cuán agradecidos estamos por algún favor que se nos haya concedido.
El lenguaje de las flores es conocido como floriografía y cobró auge cuando el rey Carlos II, hizo popular su uso en Inglaterra. Luego este código lingüístico se extendió hacia otros países hasta el punto que hoy día es conocido en todo el mundo, aunque algunos significados iniciales han cambiado, ya que las sociedades también han evolucionado y con ello su sentir, aún persisten algunas connotaciones que han sobrevivido hasta nuestros días.
Quien envía una madreselva a otra persona, por ejemplo, le está enviando el mensaje de que son el uno para el otro, dependiendo si esta es blanca o color rosa entonces el contexto cambiará e irá destinada para hacer envío de un mensaje a una amistad, o a un amor.
Los crisantemos son muy regalados por quienes desean expresar el orgullo que sienten hacia su pareja, así como para manifestarle que ningún otro amor será tan hermoso como ese que se vive en ese instante. Sin embargo, se debe ser cuidadoso al momento de elegir su color porque unos crisantemos azules denotarán que el amor se ha acabado y ya no se siente nada por la otra persona.
De esta manera, hay infinidades de mensajes que podemos transmitir a otra persona a través del lenguaje de las flores. También podemos extender nuestra comunicación si nos permitimos combinar varios colores, aunque esto es mucho más complejo, porque lo que en realidad se busca y se desea es que el lenguaje de las flores sea sencillo.
En todo caso, cuando algunas flores son multicolores expresan alegría y son usadas más que todos en el hogar para que todos vivan en armonía. El lenguaje de las flores es un medio de expresión que vale la pena conocer.